miércoles, 28 de julio de 2010

PANAMÁ SE RASGAS LAS ROPAS DEL PASADO






 Por: J.C. Sánchez
Antiguo Club Unión Años Atrás

Antiguo Club Unión Actualidad
Mientras la ciudad de Panamá se rasga las ropas del pasado, busca ponerse a la moda copiando fachadas, formas y composiciones de otros lares, a pasos agigantados tira pedazos de historia, aquí y allá caen los últimos vestigios de una arquitectura que en otros tiempos colocara a Panamá en boga, hoy en día solo quedan terrenos vacios,  premios de arquitectura que no encuentran su origen ya que fueron destruidos por la supuesta necesidad de espacio para rascacielos.
Un recorrido por las zonas donde ayer aun se situaban piezas de la historia arquitectónica panameña, hoy halle torres de apartamentos.  Un juego de elementos foráneos copiados de tal manera que a la final se venden como pan caliente a los incautos que desconocen su patrimonio.  

Una mirada al ayer muestra una ciudad pensada para el ser humano, la escala respetaba a hombre y el era parte intrínseca del diseño a nivel de calle, triste ver hoy complejos de torres de apartamentos que se olvidaron que había que hacer ciudad como diría Guillermo de Roux “Las ciudades son cuerpos cambiantes. Estos cambios suceden con una rapidez tal que aún nos hemos podido dar cuenta exacta de su naturaleza, magnitud y consecuencias.” Palabras expresadas hace mas de 4 décadas atrás, ya en aquel entonces la preocupación por hacer cuidad estaba en la mente de los grandes arquitectos de de aquella época.  



Antigua Hotel Central Actualidad
Hotel Central Unos Años Atrás 
Panamá busca posicionarse como la metrópoli de América darle al mundo la mirada de un frente de ciudad atiborrado de altas torres forradas de vidrio, que no tienen ningún beneficio a la historia tal vez en un futuro podremos decir que esos son los errores de la arquitectura de un pasado. Para la posteridad que tratamos de dejar como legado, pensemos más en nuestro entorno y seamos más conscientes que vender o mejor dicho prostituir nuestro arte como arquitectos nos deja los bolsillos y la conciencia llena. Pero vale tanto llenar nuestras arcas y permitir la destrucción de nuestra historia y lo que nos hace una ciudad rica en patrimonio para las generaciones por venir. 





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