Una frase que hoy suena utópica para muchos arquitectos, "ARQUITECTURA: ES PARA EL CUERPO, NO SOLO PARA LOS OJOS", pero es más fácil distraer al ojo con un conjunto monumental de fachada y composición en el exterior, para así deslumbrar a todo aquel que tenga la oportunidad de ver o estar en dicho proyecto. Ya sea una casa, un edificio de oficinas, un centro comercial o hasta un hospital.
Pero cuando entramos a estos complejos arquitectónicos, nuestros sensaciones se ven reprimidas por la falta de diseño que trascienda el exterior y se mimetice con el interior en una simbiosis que brinda una explosión sensorial. Y simplemente se convierten en muestras de requerimientos de mobiliario para un espacio.
Al recitar la primera parte de la frase que encabeza este escrito, se habla que la arquitectura es para el cuerpo entendiéndose que la experiencia de un espacio debe estar llena de sensaciones que el cuerpo reciba con todos sus sentidos, los cuales deberían estar planificados por el arquitecto diseñador de la obra arquitectónica. Tal cual los griegos y los romanos en su momento lo hicieron con sus templos y más tarde los cristianos con sus magnificas catedrales, cada uno lleva la experiencia de los sentidos a niveles de detalle. Desde sentir la divinidad entre columnatas jónicas, dóricas y corintias ó hasta sentirte tan pequeño como una hormiga bajo las bóvedas de crucería de una catedral cristiana.
Detalles que exaltaban el diseño, que enriquecían la experiencia arquitectónica de los espacios al darle a cada espacio una jerarquía, brindado así un recorrido por un sendero desconocido para el usuario a nivel emocional debido a la explotación de los sentidos como elemento de diseño de dichos edificios o espacios.
Hacer del tacto, la visión y el olfato un objeto de diseño, enriquecen la arquitectura de tal manera que interactúan con el ser humano principal actor de las obras arquitectónicas. Dando como resultado que la naturaleza, el hombre y la arquitectura a través de las sensaciones se compenetren y así mejoren la calidad de vida del hombre.
